La palabra colombiana tusa se hizo famosa por la canción, y pienso que ahora todos en Latinoamérica estamos de acuerdo en que sabemos que significa y cómo influye en nuestra vida amorosa.
Creo que no hay persona en el mundo que no haya vivido una decepción de amor en algún momento. Estoy segura de que puede suceder de dos formas. La primera es cuando la relación no va bien y dentro de la misma se hace el proceso de duelo, para después terminar; y la segunda, es cuando alguien te echa el baldado de agua fría y decide acabar con todo, por lo que uno debe vivir el proceso de soltar ese reloj que se quedó sin tiempo. Y en definitiva, la segunda es mucho peor porque normalmente al que le terminan, no es el quiere terminar.
En algún momento pertenecí al primer grupo y lo logré sobrellevar, porque cuando salí de mi relación, fue una liberación más que un drama. El segundo caso lo viví tres veces, en unas relaciones que fueron muy importantes para mí, en las que sentí en algún momento que no iba a ser capaz de superar.
La primera de ellas fue de una relación muy corta e intensa, de la cual hubo hasta intención de matrimonio, pero éramos incompatibles. La segunda fue porque mi novio me terminó al ya no ser capaz de serme fiel. Y la tercera fue una que duró muchos años, íbamos y veníamos como un loop infinito, que no me permitía soltar la relación y hacer el cierre definitivo.
Tengo que admitir que no fui la mejor llevando mis decepciones amorosas, por una simple razón: no soportaba estar sola. Siempre me costó asumir que no sabía cómo sobrellevar el dolor y necesitaba de distractores que me hacían más daño que el bienestar que me daban. Sé que tomé muy malas decisiones como el salir en exceso de fiesta, beber alcohol, sacar el clavo con otro y un mal corte de pelo, dizque para renovar las energías, cuando lo único que necesitaba era asumir que estaba sufriendo de un mal de amor.
Las peores decisiones que tomé tuvieron que ver con los "clavos" con los que me metí. Cometí el error de salir con personas que ni siquiera me gustaban, o que de hecho no eran convenientes o buenos para mí, solo porque no me encontraba bien anímicamente y estaba vulnerable. Estoy segura de que ellos sabían que de yo estar normal, nunca hubieran estado en mi vida, por lo que de alguna forma se aprovecharon de mi fragilidad momentánea. Tengo que aceptar que yo también me aproveché, al usarlos como distractor de mi dolor real, y al engañarlos sobre mis sentimientos hacia ellos.
Me da pena ajena admitir que a un par de esos, hasta les hice duelo, cuando en el fondo yo sabía que no habían significado nada. Si no hace el trabajo correcto, agarrarse de un avión fallando es la peor decisión que se puede tomar, porque se corre el riesgo de cometer errores irreparables a la autoestima y a la relación con uno mismo.
También debo decir que hay una parte de la tusa que es divertida. Es un poco enfermo, pero a mí, de cierta forma, me gustaba estar despechada. Hay planes con amigas, salidas a lugares nuevos y nos podemos dar el lujo de sentirnos mal, con justificación incluida. Además, las canciones de despecho son lo mejor; hay un listado interminable, de todos los géneros, son una gran compañía, se pueden cantar a grito herido, y tienen la empatía natural de alguien que pasó por lo mismo que uno, y lo pone en palabras musicalizadas.
Superando una tusa, hay que evitar hacer cosas en desespero, y tomarse el tiempo para recomponerse, con el apoyo de las amigas y la familia, además de la terapia psicológica, se empieza a reconstruir la relación con uno mismo. También ayuda mucho enfocarse en los intereses personales, ocupando la cabeza y el tiempo libre en algo, y empezarse a reconocer de nuevo como soltera.
Decir adiós a las expectativas creadas en una relación es lo más difícil de hacer; es enterrar todo aquello que imaginamos con alguien y encontrarnos con un nuevo destino donde no está esa persona. Es importante hacer el duelo en el menor tiempo posible y entender que la ayuda de la gente que nos ama es el sostén clave para superar esta horrible situación.
Yo por mi parte pienso haber aprendido la lección y así no cometer de nuevo los errores que los que incurrí en el pasado.
O mejor todavía, espero nunca volver a tener tusa. ¡Qué condición tan horrible!
Imperitura.
Foto de RODNAE Productions
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